Cualquiera en su lugar estaría tenso. Le sudarían las manos, tendría un nudo en el estomago, la garganta seca y un rictus de pánico en el rostro
El no.
Estaba sereno, quizá mas que de costumbre. Preparo el tabaco, a la izquierda del teclado y junto al cenicero. En la tele seguía de forma tediosa el canal 24 horas. Y la cafetera empezaba a sonar. Ella ya habría apagado el fuego. No logro que aprendiera a esperar hasta que dejaba de sonar. Solo así se usaba todo el agua de la cafetera. Termino de sonar. Se levanto y sirvio un café recién hecho, humeante.
Con la taza en la mano volvió a la mesa del ordenador. Se sentó mientras daba un sorbo al café. Encendió un cigarro, se coloco las gafas y abrió Google.
En la casilla de búsqueda escribió...
muerte digna
y pulso "voy a tener suerte"
Que paradoja
sábado, 1 de septiembre de 2012
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