Cualquiera en su lugar estaría tenso. Le sudarían las manos, tendría un nudo en el estomago, la garganta seca y un rictus de pánico en el rostro
El no.
Estaba sereno, quizá mas que de costumbre. Preparo el tabaco, a la izquierda del teclado y junto al cenicero. En la tele seguía de forma tediosa el canal 24 horas. Y la cafetera empezaba a sonar. Ella ya habría apagado el fuego. No logro que aprendiera a esperar hasta que dejaba de sonar. Solo así se usaba todo el agua de la cafetera. Termino de sonar. Se levanto y sirvio un café recién hecho, humeante.
Con la taza en la mano volvió a la mesa del ordenador. Se sentó mientras daba un sorbo al café. Encendió un cigarro, se coloco las gafas y abrió Google.
En la casilla de búsqueda escribió...
muerte digna
y pulso "voy a tener suerte"
Que paradoja
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No creo que el suicidio sea la solución de nada pero cada uno debe ser dueño de su vida, aunque se algo muy triste.
ResponderEliminarSaludos.
Muerte digna...
ResponderEliminarYo no lo llamaría suicidio,más bien "termino de un periodo de sufrimiento".
Creo que es algo prioritario de cada ser humano, sabedor y en plenas facultades mentales escoger el momento apropiado cuando no hay esperanzas, de nuestro final.
_Lulu_
Me parece que no he entendido bien el texto pero eso es lo de menos.A mí me importa cuando leo más el cómo que el qué. Y es el caso que el cómo me ha gustado. Hay dos detallitos ortográficos de poca monta pero tampocco eso es lo fundamental. Lo importante es que he vuelto a encontrate y pretendo seguirte con más asiduidad.
ResponderEliminarNo dejes de escribir es muy bueno a nuestra edad.
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