Desde que hable de mi intención de apostatar y coloque en el blog ese anuncio de la campaña, no he vuelto a decir nada ni explicar cual era (es) mi idea al respecto. Ya se que algunos, si es que alguien lee esto, la tachara de ingenua, pero... ese es el gran logro del sistema, haber conseguido que todos creamos que ya nada puede derribar el sistema. Con esa filosofía tendríamos que declararnos todos deterministas, y paso de caer en esa tentación cómoda. A propósito de esto, me atrevo a recomendaros una película. Enemigo a las puertas, donde podréis comprobar lo peligroso que es un francotirador, un “individuo”. El mayor enemigo del sistema es el individuo. El sistema se alimenta del “se donde vives y se donde trabajas”.
Pero bueno, centrémonos en la campaña que va dirigida directamente a una parte del sistema, a la iglesia. La idea es simple, y se basa en la creencia de que “el poder” lo tenemos nosotros. Imaginaos que de pronto todos los medios de comunicación empiezan a recibir un SMS que solo dice “- uno”.
Los 10 primeros pasarían desapercibidos. Cuando fueran unos cientos alguien ya empezaría a preguntarse que coño es ese SMS. Y un día, mosqueados e intrigados, y por si estaban en presencia de algo importante, buscarían la manera de enterarse, preguntarían... hasta que alguien les dijera: Ah, lo de “- uno”. Si, es muy fácil. Queremos decir que cada vez que la iglesia hable de los millones de españoles que aplauden sus desmanes y rezan a su dios, descuenten uno por cada SMS. Somos aquellos que no pudimos darnos de baja, pero que no queremos saber nada con ese club.
Ingenuo verdad? En ese caso, no hagáis nada.
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