Y en manuales del dimisionario. Ah, y también en los malos. En esos que han trabajado para inventar todo, tanta mentira, tanta calumnia. En esos que como no ganan en las urnas intentan ganar en los tribunales. Que digo yo… los jueces, la policía, las pruebas (presuntas) algo tendrán que ver. Pero en fin, que para luchar contra todo eso están los caudillitos que se sacrifican para que los caudillos grandes triunfen. Para que este país tenga al fin un líder que inspire confianza.
Mientras le escuchaba me acordaba de los manuales franquistas: Me voy con la conciencia tranquila y el deber cumplido. Me sacrifico. Todo es mentira. (Sonrisa cínica) Esté donde esté (Las Bahamas??) serviré a este país. Así entre nosotros, casi llego a darme penina. Total y para concluir… todo por unos trajecinos de nada. Envidiosos, que eso es lo que son todos los malos. Unos envidiosos que no pueden comprarse trajes de presidentes.
Pero bueno, dije casi. Ante el riesgo de ponerme a llorar por las palabras del Ex presidente, recurrí urgentemente al orujo. Un chupito en tapón bien frio y pelillos a la mar.
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