lunes, 16 de noviembre de 2009

Desde El Alto (I)

Del autor de estos cuentos sociales podría decir tantas cosas...
Con eso solo conseguiría llegar a la conclusión de que aun son muchas mas las que no podría decir porque no dedique todo el tiempo necesario para saber de ellas.
El mejor prologo es quizá aquel que no se escribe. Aquí tenéis la primera entrega de una serie de cuentos escritos desde dentro, desde ese lugar en el que los personajes existen, se les puede tocar y escuchar su dolor, su risa, su mirada triste y sus esperanzas desvanecidas.
Y si cuando terminéis las entregas, os intriga quien es el autor, lo tenéis fácil. Una visita a la vida día a día de un hombre ama de casa y le conoceréis.
Ahora os dejo con...


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A l@s que quieran saber.
A l@s que quieran luchar.
A l@s que quieran cambiar.


Bolivia, y por supuesto El Alto, está llena de increíbles rumores y terribles evidencias. Uno de esos increíbles (y harán bien en no creerlo) rumores es que hay, por alguna parte, un político que gobierna preocupado por la gente, que no roba y que manda obedeciendo (consigna zapatista), pero nadie sabe en qué prefectura, ayuntamiento o ministerio está. Otro habla de un padre que no pega a sus hijos (o un marido que no pega a su mujer, y perdón por el lenguaje tradicional) pero ningún hijo lo ha conocido. También se cuenta que hay un profesor/a que sabe dar clases, que le gusta su trabajo y que respeta a sus alumnos, pero tampoco nadie sabe en qué escuela enseña. Las evidencias, además de terribles, son más extensas y tienen nombre propio. La primera, por empezar por arriba de la mierda, se llama Hugo Bánzer y Jaime Paz Zamora. El primero es un asesino sediento de poder, bajito y con bigote (¿les suena?). Sus víctimas favoritas son los mineros y los campesinos contestatarios de Achacachi. Es jefe del partido A.D.N. (¡vivan los genotipos puros, mueran los sucios genes de indios y otras basuras!) cuyos colores son el blanco, el rojo y negro: si tienen tiempo miren una bandera nazi a ver si encuentran alguna semejanza. Una pintada en un muro cercano al Teatro Municipal decía: "Ayúdenos a gobernar: tortúrese. Gracias. Bánzer". Por cierto, que ya se me olvidaba, este tipejo gobierna Bolivia con el imprescindible apoyo de Jaime "traidor" Paz Zamora. A lo mejor no les interesa saber quién es este otro canalla, pero se lo voy a contar. Jaime es hermano de un guerrillero del ELN que sucedió a la guerrilla del Che. Preside el M.I.R., movimiento de izquierda revolucionario, y sí: han leído bien. En cuanto pudo cambió la metralleta, símbolo digno de la izquierda, por un miserable gallo (y qué culpa tendrá el pobre animalillo). Gobernó gracias a la ayuda de los nazis de A.D.N. y ahora les devuelve el favor. Es vicepresidente de la Internacional Socialista y, por supuesto, amigo de González, Blair y Schoreder (si se escribe así). Hace poco fue cómplice junto a Hugo Bánzer del asesinato de seis manifestantes: sus amigos deberían dejar de serlo y darle la patada en el culo (o en los huevos), pero no lo hacen. La política de Europa también es bananera y tercermundista, además de estar también llena de mierda y muertos inocentes. Otra evidencia tiene nombre de niña: Gimena Choque Quispe (a quién no le gusten los apellidos quechuas y aimaras que se haga revisar el sentido del buen gusto). Esta niña asiste a la escuela de apoyo que hemos iniciado Mercedes y yo (y que ahora van a continuar dos chicas alteñas con ganas de no pertenecer a ninguna terrible evidencia). Tiene siete años, una voz aguda y dulce y una sonrisilla que despierta al antropófago que todos llevamos dentro. Siempre se preocupa en terminar su tarea. Cuando las hace sostiene en la mano izquierda un puñado de bolígrafos y lápices y con la derecha va seleccionando con el que escribe. Así su tarea es un excepcional encaje de policromía. El otro día jugaba con ella a hacerle cosquillas. Se reía, estaba contenta. Se me escapaba y yo la perseguía. De repente se quedó sola en el patio y yo corrí para agarrarla. Salió corriendo, desesperada. Cuando la agarré lloraba fuera de sí. No pude consolarla, repetía una y otra vez que quería irse a su casa. Yesica, su hermana, tuvo que llevársela. Karina, psicóloga especializada en niñas, me contó luego que la reacción de Gimena fue típica de alguien que ha sufrido violación, acoso o alguna experiencia traumática. Luego nos acordamos que Gimena falta de vez en cuando a clase y nos dice que su papá se la ha llevado. Voy a ver si consigo engañarme y creer que sólo fue un susto, no vaya a ser que algún día conozca al padre y termine en la cárcel (yo). Otra evidencia es el servicio de salud boliviano. Si no pagas no existe. Muchas veces la gente puede pagar la cama y la medicación pero no la cirugía. Entonces se pasan varios días en el hospital y luego se van a sus casas a morir. Los campesinos que les metieron bala oficial en las últimas revueltas siguen el los hospitales con el plomo dentro: no pueden costearse la cirugía y el gobierno no va a molestarse en esas tonterías. Si la enfermedad va a ser difícil de curar los padres deciden dejar que sus hijos mueran porque no pueden pagar la medicación, o no quieren molestarse en buscar más dinero. Aquí muchos nacen ya muertos, descompuestos e inútiles para ser personas. También las víctimas tienen parte de culpa de ser víctimas, no se puede pasar por alto. Evidencia hispano-boliviana: Intervida. No tengo los datos aquí así que no voy a inventármelos. Los interesados pueden consultar la revista OeNeGe del mes de Mayo. La evidencia es que Intervida se enriquece a costa de la pobreza de Bolivia. Me voy a ahorrar calificar esto último, pero es difícil no atinar con la lista de adjetivos de quien se enriquece con la miseria de otros (posiblemente todos sean delito si se publican). Pero voy a darme el lujo de terminar con otro tipo de evidencias: Miguel Ángel y Lorena. Son un matrimonio de bolivianos. Él estuvo con el Che (Ernesto Guevara) en África y fue el apoyo médico de la guerrilla de Bolivia. No entró en combate porque fue detenido y torturado. No habló. Aún sigue activo y luchando. En una ocasión tuvo que insultar a Paz Zamora, Jaime, en su despacho y mandarlo a la mierda. Miguel Ángel fue fundador del M.I.R. Lorena está a punto de conseguir su tercera licenciatura. Es una buena directora de colegio. Podría serlo de cualquier colegio rico de La Paz pero sigue luchando en uno de El Alto. Los padres y madres y los profesores/as están a punto de conseguir que abandone: ¿Alguien lo entiende? Así es Bolivia: un país lleno de hombres y mujeres muertos en vida, y los pocos vivos que hay los quieren matar. Espero que no lo consigan.



En algún lugar de El Alto
Junio del año 2000
FM

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