Cine, cine, cine... mas cine por favor (V)

Cuando vas al cine acompañado y hay dos películas en juego, lo mejor es tirarlo a cara o cruz. Esta vez no fue así, y la decisión vino a recaer sobre El erizo, llevados quizá por las pocas ganas de pasar un rato recordando la represión chilena, justo ahora que la derecha vuelve por sus fueros en Chile, pero eso es otra historia de la que ya hablare. O no.


Todo discurría con una normalidad casi absoluta, tanta, que hubo un momento en que temí caer en encefalograma plano, es decir, que se me cerraban los ojos, pero he de decir en honor de la película que parte de la culpa la tenia mi cansancio. Pues bien, por si esto sucedía, ya se encargo el director de la película de despertarnos a toda la sala con la secuencia final, o casi final.
Magistral. Podía haber tomado el plano desde mas lejos, pero no. Tenia que ser así, un primer plano. De no haber existido ese instante que no os voy a contar, claro, la película al menos para nosotros, habría pasado sin pena ni gloria. Solo un instante, apenas unos 40 fotogramas, nos hicieron pensar en todo lo que la aquellos personajes habían estado diciendonos. Y en mas cosas.

Nota.- Ya pondré las fotos de las entradas otro día, que estoy cansadin y he de ducharme.
Otra nota,. Hombre ama de casa que sepas que ya estamos haciendo pedidos de tu libro en las librerías de Gijón para empezar a crear demanda y que se intriguen los libreros. Eso si, dicen mis enviados que recorren las librerías que eso te va a costar cuando vengas como poco... unos culines.