Mientras la eficiente niña del hotel nos registraba, yo encontré entre los folletos de publicidad unas rutas en español. Bien!!! Algún día caerán en la cuenta de que, para bien o para mal, es un idioma hablado por 400 millones de personitas, y se usara un poco mas. Pero por ahora, aquello era suficiente. Un plano de la ciudad y una ruta.
Empezaba esta en San Wenceslao Square. De manera que salimos del hotel, volví por el paraguas, volví por el tabaco (que habíamos llevado de casa previsores nosotros) y emprendimos camino bajo una lluvia no muy intensa pero que amenazaba con jodernos el primer paseo. Hacer fotos o vídeo lloviendo es complicado. Como bien sabéis, lo mas importante de un plano es situarlo correctamente. Para eso buscamos la primera calle que terminaba en Pernerova, la segunda..y plano situado. Ahora ya sabíamos por donde se iba a la Plaza de San Wenceslao.
Según caminábamos nos empezó a llamar la atención que las tiendas, los negocios, estaban cerrados y que apenas había gentes por la calle. Estaremos en guerra y no nos hemos enterado? Habrán invadido de nuevo los comunistas? Sera muy temprano? Pero no era temprano. Ya pasaba de las 10 de la mañana y todo seguía cerrado. Todo no. Había un sexshop con cabinas “OPEN” y perfectamente señalizado. No, no iba a ser el sitio mas indicado para el segundo café de la mañana. En estas estábamos cuando me decidí a preguntar a una paisana que se nos acercaba.
Hello. Todya, is hollidey in Praga?
ci. hoy san wenceslao.
Acabáramos, dije yo. Ah, y thank you.
La paisana no sabia ingles, pero nos entendimos. Mientras le preguntaba señalaba una tienda cerrada, el horario puesto en la puerta y la hora en el móvil. Era fácil de entender, verdad?
Justo al marchar la paisana, nos dimos cuenta de que habíamos parado frente al escaparate de una tienda de ropa de segunda mano. Vaya pasada!!!! Ambos dos nos quedamos tontitos mirando la ropa, zapatos y... GORROS RUSOS!!!. Y a que precios!!! Juramos volver al día siguiente, cosa que hicimos por supuesto. Nos vimos todos los sombreros que había en la tienda, mi compañera compro dos preciosos y yo, por fin, mi gorro ruso. Y todo aquello por 18 €.
Por si queréis saber donde esta la tienda, aquí va el plano y la calle:Husitská
Ah. Y mi maravilloso sombrero ruso.
El tema de la tienda nos despisto, y pronto descubrimos que no íbamos en la dirección adecuada. Un par de preguntas que fueron respondidas en un perfecto checo, y fue fácil retomar el buen camino. A esas horas la lluvia se hacia pertinaz, el hambre apretaba y empezaba a cundir un poco el desaliento. Nos habíamos levantado a las dos de la madrugada en Londres, estábamos cansados y empezábamos a estar mojados. Solución: buscar donde comer. Y lo mas cercano era... un chino? Un indú?. No sabíamos, pero estaba ahí, había mesas,comida y cerveza. Adentro.
Continuara...
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Pareces checo de toda la vida.
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