martes, 5 de octubre de 2010

Pisando Praga

Que curioso. A lo largo de nuestra vida casi nos van diciendo hasta lo que hemos de sentir. Cuando nace tu hijo un nudo en el estomago y cara de gilipollas. Cuando te quedas en el paro, cara de gilipollas pensando como decirlo a la mujer. Cuando te dice no una mujer... ahí si que se nos debe quedar cara de gilipollas. Resumiendo, que cuando pise Praga lo hice pensando que tenia que sentir temblores extraños por lo que estaba sucediendo en mi vida. Y si, temblaba al bajar por las escalerillas del avión, pero de las putas ganas de fumar. Lo curioso, como decía antes, es que las sensaciones llegan ahora, cuando los recuerdos van recorriendo mi mente. Surgen las calles, sus gentes, los rincones y los tranvías, las cervezas tostadas en largas mesas compartidas...

Mi primera imagen tomada en Praga fue esta, porque con lo que me gustan las vías, sin saberlo, fuimos a parar a una calle desde la que se veía una panorámica preciosa de la estación.


Fotos?. Si, miles de ellas, creo. Haré una selección que iré subiendo a mi álbum de picassa, pero ahora os dejare una. No, no es del puente de Karlos, que de esas habréis visto cientos y cientos.
Esta es distinta, o así al menos me lo pareció a mi. Es simplemente, un trocito de Praga.




continuara

No hay comentarios:

Publicar un comentario