sábado, 27 de noviembre de 2010

Verona... atardecer en la lluvia

Torre.
Definición.- Edificio alto con el estilo acorde a la época en que fue construida.
Ventajas.- Desde arriba se ve "otra" ciudad.
Desventajas.- Tienen la ostia de escalones

Pero... las ciencias adelantan que es una barbaridad, y el turismo hace milagros. Casi todas las torres a las que merece la pena subir tienen ascensor. Como el teatro romano. De no haber sido así, jamas se me habría ocurrido subir a la Torre dei Lamberti. Y mereció la pena. Verona a nuestros pies. Y las campanas sobre nuestra cabeza. Después y en el mismo edificio, la Scala della Ragione, y 75 cts por mear. El día que la próstata haga de las suyas tendré que destinar una parte importante del presupuesto de viajes para mear.
En verdad, cualquier rincón de Verona es precioso. La Piazza dei Signori y desde ella, buscando la casa de Romeo, nos encontramos con las tumbas de los dueños de Verona: los Scaligere. Detalle importante. No perdáis tiempo buscando la casa de Romeo. Es una puerta cerrada. Aun no se han inventado nada para vender a costa del pobrin Romeo. Pero como cada rincón tiene su encanto, nos encontramos esto en una pared:



La lluvia nos había dado un descanso, y paseábamos tranquilos camino de Santa Anastasia. Joder!!!! Pocas veces una iglesia me ha impresionado tanto. Cuando le veáis ya me contareis. Y claro, después Il Duomo perdió interés, pero se deja ver.
Verona sigue oliendo a dulce:


Un poco perdidos y preguntando, llegamos al Ponte Pietra, uno de los muchos puentes que cruzan el río a lo largo de Verona.Y muy cerca de el, el Teatro Romano. Aviso..tiene ascensor. Y aviso porque yo descubrí que lo tenia... cuando bajábamos.
Anochecía. Las luces ya empezaban a envolver Verona y la lluvia de nuevo nos acompañaba. Una terraza, al aire libre para poder fumar. Una manta en la silla y un descanso antes de seguir camino del hotel a través de calles transitadas por gentes que ya volvían de sus trabajos. En bici, en patín, paseando. Pensábamos cenar de nuevo en el Kebab, pero al pasar por Piazza Bra, me apeteció hacerlo en una de sus terrazas, Hipopotamo, y sin pensarlo dos veces, nos "tiramos" en los sillones a cenar y descansar los pies.



Así, con ritmo lento, como el de la ciudad a esas horas...volvimos al hotel. Y ya sabéis...aquí esta el itinerario.

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